Juan 1, 35-39
«Al día siguiente estaba Juan con dos de sus discípulos. Cuando vio que Jesús pasaba por allí, Juan les dijo: ‘¡Ahí está el Cordero de Dios!’
Al oír esto, los dos discípulos siguieron a Jesús. Jesús se dio vuelta, y al ver que lo seguían, les pregunta: ‘¿Qué buscan?’
Respondieron: ‘Rabí, Maestro, ¿dónde vives?’
Les responde Jesús: ‘¡Vengan conmigo y lo verán!’
Ellos fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Eran las cuatro de la tarde.»
Amados: Cuando Jesús escucha el corazón de aquellos dos discípulos preguntarLe: «RABĺ: MI LO MÁS GRANDE QUE HAY: ¿DÓNDE VIVES?», Su respuesta a ellos es la misma que nos da a todos los que queremos seguirLe: «¡Vengan conmigo y lo verán!»
Y cuando Jesús les dijo, «¡Vengan conMigo y lo verán» o cuando el Señor Jesús, nos invita y nos dice: «¡Vente conmigo y lo verás!», lo que les estaba diciendo a ellos Jesús y lo que nos está declarando, Él es: «Si te vienes conMIGO te voy a mostrar un mundo nuevo, te voy a llevar al cielo aquí sobre la tierra, te voy a hacer experimentar el latir de mi corazón de Dios-Hombre que muere de amor por ti, te voy a llevar conmigo a las verdes praderas aun en medio del más árido desierto, te voy a mantener lleno, llena de mi Luz en medio de la más densa tiniebla.»
Para la vida de aquellos dos discípulos fue tan dramático y trascendental, tan impactante, tan transfigurador lo que experimentaron, de la persona preciosa de JESÚS que jamás olvidaron ni un solo detalle de aquella tarde bendita. Nos dice el verso 39 que «ERAN LAS CUATRO DE LA TARDE» cuando ellos tuvieron la experiencia maravillosa que cambió toda su vida. Me imagino que no sólo habrán recordado el detalle de «LAS CUATRO DE LA TARDE» sino que habrán recordado cada segundo, cada minuto y cada respiración de aquel día cuando se encontraron con Jesús y se quedaron junto a Jesús. ¡A las CUATRO en una tarde de primavera en Galilea aquellos DOS comenzaron a experimentar VIDA VERDADERA!
Amados: Al igual que a aquellos dos discípulos, Jesús te invita diciéndote: «¡VEN CONMIGO y VERÁS!» Esa invitación de Jesús TE ABRE PUERTAS que solamente ÉL PUEDE ABRIR, puertas maravillosas por las que TÚ hallarás TODO, TODO, TODO lo que COMPLETA y LLENA TU VIDA TODA, TODO lo que TE IMPARTIRÁ DICHA AUTÉNTICA, TODO lo que TE CONDUCIRÁ por EL CAMINO RECTO, TODO lo que TE GUIARÁ a LA VERDAD ÚNICA, al AMOR QUE NO SE ACABA, al GOZO QUE NO TERMINA, y que TE HARÁ EXPERIMENTAR la VIDA, VERDADERA y, al EXPERIMENTARLA, podrás compartirla, dichoso, dichosa, CON LOS DEMÁS.